Imagínate en un espacio donde puedes dedicar todo el tiempo a ti misma, a ti mismo.
A explorarte, a bucear dentro de ti de mil maneras distintas. Con tiempo para la soledad y tiempo para compartir con los demás.
Un espacio donde puedes dialogar con la naturaleza, escuchar sus enseñanzas. Devolver a la tierra lo que ya se desprende de ti porque estás creciendo. Como ser humano, como ser amable y amante, como el ser radiante que eres.
Con tiempo fuera del tiempo para soltarlo todo y fundirte con la paz primordial de tu Centro, arropada por el acogimiento, el respeto y la buena energía que lo hacen posible.
Con tiempo para pintar tu personal proceso de descubrimiento, paso a paso, sobre las mismas piedras que te inspiran y guían, las sabias piedritas, abuelas de todos los seres de este planeta.
Con tiempo, si quieres, para abrirte a compartir tus heridas que son las heridas de todos. Las de aprender a ser humanos.
Para sacar el coraje de crecerte y aprender a amarte a pesar de todo, gracias a Todo. Para sostenerte sobre el bastón de tu dignidad y levantarte una y otra vez con el impulso de tu Existir.
Momentos para reír, para bailar, para jugar, para cantar, para compartir, bendecir y agradecer. Para escribir, con cada aliento que das, la aventura de tu vida.
Con tiempo también para dedicarle a tu cuerpo, para recibir tacto con tacto, para nutrir y expandir tu energía, para bañarlo en el río esmeralda o descansar bajo las estrellas sonrientes.
Imagina un lugar sagrado donde desplegar la vieja y sabia Rueda Medicina que nos orienta y conecta a los seres humanos desde el albor de nuestra historia.
Con tiempo para recorrer sus direcciones y construir sus ejes, que giran eternos, con tus propias experiencias, con tu vida llena de sentido al vivirla. Donde abrirte a tu familia del Alma para recibir su guía. A las bendiciones de las cuatro direcciones.
Bajo el Sol y las estrellas, con el bosque y los montes y el inmenso cielo siempre cambiante de la sierra alimentando tu Corazón con su belleza.
Imagina que lo vives en vez de imaginarlo, te invitamos, ven a hacerlo realidad con nosotros. La puerta del Círculo Sagrado está abierta. Entra, eres bienvenido, eres bienvenida.
´La rueda de la vida
Pura magia, luz y amor.
Reconocerse en las piedras, en los arboles, en los buitres y las águilas, en la Infinidad de la sierra de Cazorla, arropada por los grandes corazones de Hermine, Esperanza y Alfonso, conectando con tu esencia y así poder sanar y crecer, sentir el poder de la luz y el amor que hay en cada uno de nosotros.
Para mi poder estar allí con todos mis compañeros, guías y maestros, ha sido una de las experiencias más bellas de mi vida.
Muchas, muchas gracias Hermine, Esperanza y Alfonso por hacer posible un encuentro tan hermosos.´ (Bel)